domingo, 7 de septiembre de 2014

Sobre Apelaciones




En un sistema inmigratorio tan complejo, aún con el mayor de los esfuerzos, de parte del inmigrante y del abogado, no todos los procesos tienen un final feliz. Lo que hacemos es seguir adelante con la fe de que las circunstancias cambien y que las leyes mejoren.

La mayoría de los Jueces son sensibles al dictar sus sentencias. Pero las palabras “la aplicación es negada” y “se ordena la deportación” siguen cayendo como piedras en lo más profundo del alma.  La angustia del inmigrante se percibe a leguas. La experiencia es extremadamente deprimente. El desgaste emocional se vuelve virtualmente insoportable.

La incertidumbre genera una serie infinita de preguntas. Es frustrante. Uno empieza a pensar en el futuro de la familia afligida, en cómo van a vivir separados o en un país lejano, con terribles problemas sociales y financieros.

Y es que es difícil no verse afectado. Muchos de los casos frente a la Corte de Inmigración duran años en resolverse. Durante este tiempo, un cliente y su abogado tienen la oportunidad de reunirse en numerosas ocasiones y entablar diversas conversaciones. Una buena relación profesional se vuelve muy cercana.

Afortunadamente en la mayoría de los casos existe el derecho a someter apelaciones.  Cuando un caso es negado por un Juez de Inmigración, generalmente se puede someter una apelación a la BIA. Esto se debe hacer entre los primeros treinta días desde la fecha de la decisión en disputa. Uno puede fácilmente esperar su repuesta por tres años al nivel de la Corte de Inmigración y más de un año al nivel de la Junta de Apelaciones.

La Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración (también conocida como EOIR), es parte del Departamento de Justicia (también conocido como DOJ). La EOIR está compuesta por las Cortes de Inmigración, y la Junta de Apelaciones de Inmigración (también conocida como BIA).

Una aplicación que es negada al nivel de la BIA se puede apelar frente al Tribunal Federal de Apelaciones para el distrito judicial correspondiente. Por ejemplo, California pertenece al Noveno Distrito. La fecha límite de treinta días también existe en este paso. Ciertos casos hasta llegan a ser evaluados por la Corte Suprema de Justicia.

La ventaja es que muchos inmigrantes con peticiones inmigratorias pendiente califican para un permiso de trabajo.   El permiso de trabajo se puede renovar mientras las apelaciones se encuentran pendientes.

Autor: Abogada de inmigracióMarta Victoria Canossa.  La bogada Marta Victoria Canossa ha completado cientos de casos frente la Corte y el Servicio de Inmigración de Estados Unidos.  Es parte de Ortega, Canossa y Asociados, PLC, una firma que ofrece asesoría legal inmigratoria en todo el país.  Para más información visitewww.ocalegal.comFacebookLinkedIn o Twitter o envíele un mensaje acanossa@ocalegal.com.
En un sistema inmigratorio tan complejo, aún con el mayor de los esfuerzos, de parte del inmigrante y del abogado, no todos los procesos tienen un final feliz. Lo que hacemos es seguir adelante con la fe de que las circunstancias cambien y que las leyes mejoren.
Cuando pierdo un caso siento como si me estuvieran torturando. La mayoría de los Jueces tienen son sensibles al dictar sus sentencias. Pero las palabras “la aplicación es negada” y “se ordena la deportación” siguen cayendo como piedras en lo más profundo del alma.
La angustia del inmigrante se percibe a leguas. La experiencia es extremadamente deprimente. El desgaste emocional se vuelve virtualmente insoportable. A veces hasta peligro verme reducida a lágrimas.
La incertidumbre genera una serie infinita de preguntas. Es frustrante. Uno empieza a pensar en el futuro de la familia afligida, en como van a vivir separados o en un país lejano, con terribles problemas sociales y financieros.
Y es que es difícil no verse afectado por lo ocurrido. Muchos de los casos frente a la Corte de Inmigración duran años en resolverse. Durante este tiempo, un cliente y su abogado tienen la oportunidad de reunirse en numerosas ocasiones y entablar diversas conversaciones. Una buena relación profesional se vuelve muy cercana.
Afortunadamente para la mayoría de los inmigrantes en Estados Unidos existe el derecho a someter apelaciones. Como expliqué anteriormente, después de que el DHS y sus entidades internas niegan una petición inmigratoria, el proceso continúa frente a la Corte de Inmigración.
La Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración, también conocida como EOIR, es parte del Departamento de Justicia, también conocido como DOJ. La EOIR está compuesta por las Cortes de Inmigración, y la Junta de Apelaciones de Inmigración, también conocida como BIA.
Cuando un caso es negado por un Juez de Inmigración, generalmente se puede someter una apelación a la BIA. Esto se debe hacer entre los primeros treinta días desde la fecha de la decisión en disputa. Uno puede fácilmente esperar su repuesta por tres años al nivel de la Corte de Inmigración y más de un año al nivel de la Junta de Apelaciones. Muchos inmigrantes con una petición pendiente califican para un permiso de trabajo.
Una aplicación que es negada al nivel de la BIA se puede apelar frente al Tribunal Federal de Apelaciones para el distrito judicial correspondiente. Por ejemplo, California pertenece al Noveno Distrito. La fecha límite de treinta días también existe en este paso. Ciertos casos hasta llegan a ser evaluados por la Corte Suprema de Justicia.
Hoy me despido reflexionando en la importancia de una reforma inmigratoria, que promueva un sistema legal más justo y más humano. Porque como me enseñó mi padre: “mientras hay vida hay esperanza”, y juntos sí podemos lograrlo.
¡Hasta la próxima semana!
- See more at: http://hoylosangeles.com/weblogs/al-dia-con-inmigracion/2012/mar/12/apelaciones/#.VAzpfWOumdw
En un sistema inmigratorio tan complejo, aún con el mayor de los esfuerzos, de parte del inmigrante y del abogado, no todos los procesos tienen un final feliz. Lo que hacemos es seguir adelante con la fe de que las circunstancias cambien y que las leyes mejoren.
Cuando pierdo un caso siento como si me estuvieran torturando. La mayoría de los Jueces tienen son sensibles al dictar sus sentencias. Pero las palabras “la aplicación es negada” y “se ordena la deportación” siguen cayendo como piedras en lo más profundo del alma.
La angustia del inmigrante se percibe a leguas. La experiencia es extremadamente deprimente. El desgaste emocional se vuelve virtualmente insoportable. A veces hasta peligro verme reducida a lágrimas.
La incertidumbre genera una serie infinita de preguntas. Es frustrante. Uno empieza a pensar en el futuro de la familia afligida, en como van a vivir separados o en un país lejano, con terribles problemas sociales y financieros.
Y es que es difícil no verse afectado por lo ocurrido. Muchos de los casos frente a la Corte de Inmigración duran años en resolverse. Durante este tiempo, un cliente y su abogado tienen la oportunidad de reunirse en numerosas ocasiones y entablar diversas conversaciones. Una buena relación profesional se vuelve muy cercana.
Afortunadamente para la mayoría de los inmigrantes en Estados Unidos existe el derecho a someter apelaciones. Como expliqué anteriormente, después de que el DHS y sus entidades internas niegan una petición inmigratoria, el proceso continúa frente a la Corte de Inmigración.
La Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración, también conocida como EOIR, es parte del Departamento de Justicia, también conocido como DOJ. La EOIR está compuesta por las Cortes de Inmigración, y la Junta de Apelaciones de Inmigración, también conocida como BIA.
Cuando un caso es negado por un Juez de Inmigración, generalmente se puede someter una apelación a la BIA. Esto se debe hacer entre los primeros treinta días desde la fecha de la decisión en disputa. Uno puede fácilmente esperar su repuesta por tres años al nivel de la Corte de Inmigración y más de un año al nivel de la Junta de Apelaciones. Muchos inmigrantes con una petición pendiente califican para un permiso de trabajo.
Una aplicación que es negada al nivel de la BIA se puede apelar frente al Tribunal Federal de Apelaciones para el distrito judicial correspondiente. Por ejemplo, California pertenece al Noveno Distrito. La fecha límite de treinta días también existe en este paso. Ciertos casos hasta llegan a ser evaluados por la Corte Suprema de Justicia.
Hoy me despido reflexionando en la importancia de una reforma inmigratoria, que promueva un sistema legal más justo y más humano. Porque como me enseñó mi padre: “mientras hay vida hay esperanza”, y juntos sí podemos lograrlo.
¡Hasta la próxima semana!
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En un sistema inmigratorio tan complejo, aún con el mayor de los esfuerzos, de parte del inmigrante y del abogado, no todos los procesos tienen un final feliz. Lo que hacemos es seguir adelante con la fe de que las circunstancias cambien y que las leyes mejoren.
Cuando pierdo un caso siento como si me estuvieran torturando. La mayoría de los Jueces tienen son sensibles al dictar sus sentencias. Pero las palabras “la aplicación es negada” y “se ordena la deportación” siguen cayendo como piedras en lo más profundo del alma.
La angustia del inmigrante se percibe a leguas. La experiencia es extremadamente deprimente. El desgaste emocional se vuelve virtualmente insoportable. A veces hasta peligro verme reducida a lágrimas.
La incertidumbre genera una serie infinita de preguntas. Es frustrante. Uno empieza a pensar en el futuro de la familia afligida, en como van a vivir separados o en un país lejano, con terribles problemas sociales y financieros.
Y es que es difícil no verse afectado por lo ocurrido. Muchos de los casos frente a la Corte de Inmigración duran años en resolverse. Durante este tiempo, un cliente y su abogado tienen la oportunidad de reunirse en numerosas ocasiones y entablar diversas conversaciones. Una buena relación profesional se vuelve muy cercana.
Afortunadamente para la mayoría de los inmigrantes en Estados Unidos existe el derecho a someter apelaciones. Como expliqué anteriormente, después de que el DHS y sus entidades internas niegan una petición inmigratoria, el proceso continúa frente a la Corte de Inmigración.
La Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración, también conocida como EOIR, es parte del Departamento de Justicia, también conocido como DOJ. La EOIR está compuesta por las Cortes de Inmigración, y la Junta de Apelaciones de Inmigración, también conocida como BIA.
Cuando un caso es negado por un Juez de Inmigración, generalmente se puede someter una apelación a la BIA. Esto se debe hacer entre los primeros treinta días desde la fecha de la decisión en disputa. Uno puede fácilmente esperar su repuesta por tres años al nivel de la Corte de Inmigración y más de un año al nivel de la Junta de Apelaciones. Muchos inmigrantes con una petición pendiente califican para un permiso de trabajo.
Una aplicación que es negada al nivel de la BIA se puede apelar frente al Tribunal Federal de Apelaciones para el distrito judicial correspondiente. Por ejemplo, California pertenece al Noveno Distrito. La fecha límite de treinta días también existe en este paso. Ciertos casos hasta llegan a ser evaluados por la Corte Suprema de Justicia.
Hoy me despido reflexionando en la importancia de una reforma inmigratoria, que promueva un sistema legal más justo y más humano. Porque como me enseñó mi padre: “mientras hay vida hay esperanza”, y juntos sí podemos lograrlo.
¡Hasta la próxima semana!
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En un sistema inmigratorio tan complejo, aún con el mayor de los esfuerzos, de parte del inmigrante y del abogado, no todos los procesos tienen un final feliz. Lo que hacemos es seguir adelante con la fe de que las circunstancias cambien y que las leyes mejoren.
Cuando pierdo un caso siento como si me estuvieran torturando. La mayoría de los Jueces tienen son sensibles al dictar sus sentencias. Pero las palabras “la aplicación es negada” y “se ordena la deportación” siguen cayendo como piedras en lo más profundo del alma.
La angustia del inmigrante se percibe a leguas. La experiencia es extremadamente deprimente. El desgaste emocional se vuelve virtualmente insoportable. A veces hasta peligro verme reducida a lágrimas.
La incertidumbre genera una serie infinita de preguntas. Es frustrante. Uno empieza a pensar en el futuro de la familia afligida, en como van a vivir separados o en un país lejano, con terribles problemas sociales y financieros.
Y es que es difícil no verse afectado por lo ocurrido. Muchos de los casos frente a la Corte de Inmigración duran años en resolverse. Durante este tiempo, un cliente y su abogado tienen la oportunidad de reunirse en numerosas ocasiones y entablar diversas conversaciones. Una buena relación profesional se vuelve muy cercana.
Afortunadamente para la mayoría de los inmigrantes en Estados Unidos existe el derecho a someter apelaciones. Como expliqué anteriormente, después de que el DHS y sus entidades internas niegan una petición inmigratoria, el proceso continúa frente a la Corte de Inmigración.
La Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración, también conocida como EOIR, es parte del Departamento de Justicia, también conocido como DOJ. La EOIR está compuesta por las Cortes de Inmigración, y la Junta de Apelaciones de Inmigración, también conocida como BIA.
Cuando un caso es negado por un Juez de Inmigración, generalmente se puede someter una apelación a la BIA. Esto se debe hacer entre los primeros treinta días desde la fecha de la decisión en disputa. Uno puede fácilmente esperar su repuesta por tres años al nivel de la Corte de Inmigración y más de un año al nivel de la Junta de Apelaciones. Muchos inmigrantes con una petición pendiente califican para un permiso de trabajo.
Una aplicación que es negada al nivel de la BIA se puede apelar frente al Tribunal Federal de Apelaciones para el distrito judicial correspondiente. Por ejemplo, California pertenece al Noveno Distrito. La fecha límite de treinta días también existe en este paso. Ciertos casos hasta llegan a ser evaluados por la Corte Suprema de Justicia.
Hoy me despido reflexionando en la importancia de una reforma inmigratoria, que promueva un sistema legal más justo y más humano. Porque como me enseñó mi padre: “mientras hay vida hay esperanza”, y juntos sí podemos lograrlo.
¡Hasta la próxima semana!
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jueves, 4 de septiembre de 2014

Frente a la Corte de Inmigración


Día a día ayudo a mis clientes a presentar diversas aplicaciones inmigratorias, como la Cancelación de Remoción, Asilo, o Ajuste de Estado por medio de una Petición Familiar o Laboral. Cuando es necesario, trato de ayudarle a residentes legales a presentar su pedido de perdón y demostrar su más genuino arrepentimiento por faltas anteriores. También represento a víctimas de violencia en sus aplicaciones para una Visa U o por medio de la ley VAWA. Algunos centroamericanos tienen la opción de aplicar para su residencia por medio de la ley NACARA. Y el TPS puede ser utilizado por personas provenientes de países como El Salvador, Honduras, y Haití.

Trabajo con el afán de ayudarle, no sólo a la persona en procedimientos migratorios, sino también a su familia. Estos procesos no sólo afectan al inmigrante que lucha por permanecer en Estados Unidos, también afecta la vida de sus hijos, padres o esposos, que en muchas ocasiones son ciudadanos norteamericanos.

La noticia titulada “Su hija lo salva de la deportación”, publicada el 24 de Febrero del 2012 por el periódico de HOY, expone un ejemplo muy conmovedor. El señor Armenta, uno de mis clientes, obtuvo su residencia gracias a los esfuerzos de su hija. Angélica, en ese entonces de 17 años, quien era una estudiante ejemplar y logró mantener la unidad de sus padres y sus cinco hermanos. Esta historia es muy interesante pues también brinda información detallada sobre la ley de Cancelación de Remoción. Explica los requisitos, limitaciones y beneficios en este tipo de procesos.
Como en este caso, presenciar el momento en que una persona obtiene su residencia, especialmente en una Corte de Inmigración, es una experiencia estremecedora. Al oír a un Juez decir que la aplicación “es aprobada” se recibe una dosis única de paz y optimismo. El deseo de brindar un abrazo solidario es incontrolable. La sonrisa del compareciente parece surgir desde lo más profundo del alma. El logro es embriagante y la tentación de compartir la noticia del triunfo es irresistible. Al inmigrante le cambia la vida. Y al abogado le motiva a seguir luchando. Y después de años de darle seguimiento a un caso, en un sistema con tantos obstáculos, la satisfacción que se siente hace que todo el esfuerzo valga la pena.

El DHS, encargado de iniciar procesos de deportación, es representado por abogados que se sientan al lado opuesto del inmigrante. Existen muchos factores que cambian la estrategia de cada proceso. Y solo un abogado con experiencia y actualizado en el área de inmigración tiene la capacidad de identificar las opciones de cada persona.
No todas las historias terminan con un final feliz. Miles de casos concluyen con una orden de deportación. Y aunque existen ciertos problemas que ni el mejor del los abogados pudiera resolver, sin importar el camino que se escoja, si la intención es obtener el mejor resultado posible, el inmigrante debe darle prioridad a su proceso, debe mantenerse informado y tener una buena relación son su representante.

Autor: Abogada de inmigración Marta Victoria Canossa.  La bogada Marta Victoria Canossa ha completado cientos de casos frente la Corte y el Servicio de Inmigración de Estados Unidos.  Es parte de Ortega, Canossa y Asociados, PLC, una firma que ofrece asesoría legal inmigratoria en todo el país.  Para más información visite www.ocalegal.com, Facebook, LinkedIn o Twitter o envíele un mensaje a canossa@ocalegal.com.
Día a día le ayudo a mis clientes a presentar aplicaciones para la Cancelación de Remoción, Asilo, o Ajuste de Estado por medio de una Petición Familiar o Laboral. Cuando es necesario, trato de ayudarle a residentes legales a presentar su pedido de perdón y demostrar su más genuino arrepentimiento por errores anteriores. También represento a víctimas de violencia en sus aplicaciones para una Visa U o por medio de la ley VAWA. Algunos centroamericanos tienen la opción de aplicar para su residencia por medio de la ley NACARA. Y el TPS existe para personas provenientes de países como El Salvador, Honduras, y Haití.
Trabajo con el afán de ayudarle, no sólo a la persona en procedimientos migratorios, sino también a su familia. Estos procesos no sólo afectan al inmigrante que lucha por permanecer en Estados Unidos, también afecta la vida de sus hijos, padres o esposos, que en muchas ocasiones son ciudadanos norteamericanos.
La noticia titulada “Su hija lo salva de la deportación”, publicada el 24 de Febrero por el periódico de HOY, expone un ejemplo muy conmovedor. El señor Armenta, uno de mis clientes, obtuvo su residencia gracias a los esfuerzos de su hija. Angélica, de 17 años, es una estudiante ejemplar y logró mantener la unidad de sus padres y sus cinco hermanos. Esta historia es muy interesante pues también brinda información detallada sobre la ley de Cancelación de Remoción. Explica los requisitos, limitaciones y beneficios en este tipo de procesos.
Como en este caso, presenciar el momento en que una persona obtiene su residencia, especialmente en una Corte de Inmigración, es una experiencia estremecedora. Al oír a un Juez decir que la aplicación “es aprobada” se recibe una dosis única de paz y optimismo. El deseo de brindar un abrazo solidario es incontrolable. La sonrisa del compareciente parece surgir desde lo más profundo del alma. El logro es embriagante y la tentación de compartir la noticia del triunfo es irresistible. Al inmigrante le cambia la vida. Y al abogado le motiva a seguir luchando. Y después de años de darle seguimiento a un caso, en un sistema con tantos obstáculos, la satisfacción que se siente hace que todo el esfuerzo valga la pena.
El DHS, encargado de iniciar procesos de deportación, es representado por abogados que se sientan al lado opuesto del inmigrante. Existen muchos factores que cambian la estrategia de cada proceso. Y solo un abogado con experiencia y actualizado en el área de inmigración tiene la capacidad de identificar las opciones de cada persona.
No todas las historias terminan con un final feliz. Miles de casos concluyen con una orden de deportación. Y aunque existen ciertos problemas que ni el mejor del los abogados pudiera resolver, sin importar el camino que se escoja, si la intención es obtener el mejor resultado posible, el inmigrante debe darle prioridad a su proceso, debe mantenerse informado y tener una buena relación son su representante.
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Día a día le ayudo a mis clientes a presentar aplicaciones para la Cancelación de Remoción, Asilo, o Ajuste de Estado por medio de una Petición Familiar o Laboral. Cuando es necesario, trato de ayudarle a residentes legales a presentar su pedido de perdón y demostrar su más genuino arrepentimiento por errores anteriores. También represento a víctimas de violencia en sus aplicaciones para una Visa U o por medio de la ley VAWA. Algunos centroamericanos tienen la opción de aplicar para su residencia por medio de la ley NACARA. Y el TPS existe para personas provenientes de países como El Salvador, Honduras, y Haití.
Trabajo con el afán de ayudarle, no sólo a la persona en procedimientos migratorios, sino también a su familia. Estos procesos no sólo afectan al inmigrante que lucha por permanecer en Estados Unidos, también afecta la vida de sus hijos, padres o esposos, que en muchas ocasiones son ciudadanos norteamericanos.
La noticia titulada “Su hija lo salva de la deportación”, publicada el 24 de Febrero por el periódico de HOY, expone un ejemplo muy conmovedor. El señor Armenta, uno de mis clientes, obtuvo su residencia gracias a los esfuerzos de su hija. Angélica, de 17 años, es una estudiante ejemplar y logró mantener la unidad de sus padres y sus cinco hermanos. Esta historia es muy interesante pues también brinda información detallada sobre la ley de Cancelación de Remoción. Explica los requisitos, limitaciones y beneficios en este tipo de procesos.
Como en este caso, presenciar el momento en que una persona obtiene su residencia, especialmente en una Corte de Inmigración, es una experiencia estremecedora. Al oír a un Juez decir que la aplicación “es aprobada” se recibe una dosis única de paz y optimismo. El deseo de brindar un abrazo solidario es incontrolable. La sonrisa del compareciente parece surgir desde lo más profundo del alma. El logro es embriagante y la tentación de compartir la noticia del triunfo es irresistible. Al inmigrante le cambia la vida. Y al abogado le motiva a seguir luchando. Y después de años de darle seguimiento a un caso, en un sistema con tantos obstáculos, la satisfacción que se siente hace que todo el esfuerzo valga la pena.
El DHS, encargado de iniciar procesos de deportación, es representado por abogados que se sientan al lado opuesto del inmigrante. Existen muchos factores que cambian la estrategia de cada proceso. Y solo un abogado con experiencia y actualizado en el área de inmigración tiene la capacidad de identificar las opciones de cada persona.
No todas las historias terminan con un final feliz. Miles de casos concluyen con una orden de deportación. Y aunque existen ciertos problemas que ni el mejor del los abogados pudiera resolver, sin importar el camino que se escoja, si la intención es obtener el mejor resultado posible, el inmigrante debe darle prioridad a su proceso, debe mantenerse informado y tener una buena relación son su representante.
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Trabajo con el afán de ayudarle, no sólo a la persona en procedimientos migratorios, sino también a su familia. Estos procesos no sólo afectan al inmigrante que lucha por permanecer en Estados Unidos, también afecta la vida de sus hijos, padres o esposos, que en muchas ocasiones son ciudadanos norteamericanos.
La noticia titulada “Su hija lo salva de la deportación”, publicada el 24 de Febrero por el periódico de HOY, expone un ejemplo muy conmovedor. El señor Armenta, uno de mis clientes, obtuvo su residencia gracias a los esfuerzos de su hija. Angélica, de 17 años, es una estudiante ejemplar y logró mantener la unidad de sus padres y sus cinco hermanos. Esta historia es muy interesante pues también brinda información detallada sobre la ley de Cancelación de Remoción. Explica los requisitos, limitaciones y beneficios en este tipo de procesos.
Como en este caso, presenciar el momento en que una persona obtiene su residencia, especialmente en una Corte de Inmigración, es una experiencia estremecedora. Al oír a un Juez decir que la aplicación “es aprobada” se recibe una dosis única de paz y optimismo. El deseo de brindar un abrazo solidario es incontrolable. La sonrisa del compareciente parece surgir desde lo más profundo del alma. El logro es embriagante y la tentación de compartir la noticia del triunfo es irresistible. Al inmigrante le cambia la vida. Y al abogado le motiva a seguir luchando. Y después de años de darle seguimiento a un caso, en un sistema con tantos obstáculos, la satisfacción que se siente hace que todo el esfuerzo valga la pena.
El DHS, encargado de iniciar procesos de deportación, es representado por abogados que se sientan al lado opuesto del inmigrante. Existen muchos factores que cambian la estrategia de cada proceso. Y solo un abogado con experiencia y actualizado en el área de inmigración tiene la capacidad de identificar las opciones de cada persona.
No todas las historias terminan con un final feliz. Miles de casos concluyen con una orden de deportación. Y aunque existen ciertos problemas que ni el mejor del los abogados pudiera resolver, sin importar el camino que se escoja, si la intención es obtener el mejor resultado posible, el inmigrante debe darle prioridad a su proceso, debe mantenerse informado y tener una buena relación son su representante.
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Trabajo con el afán de ayudarle, no sólo a la persona en procedimientos migratorios, sino también a su familia. Estos procesos no sólo afectan al inmigrante que lucha por permanecer en Estados Unidos, también afecta la vida de sus hijos, padres o esposos, que en muchas ocasiones son ciudadanos norteamericanos.
La noticia titulada “Su hija lo salva de la deportación”, publicada el 24 de Febrero por el periódico de HOY, expone un ejemplo muy conmovedor. El señor Armenta, uno de mis clientes, obtuvo su residencia gracias a los esfuerzos de su hija. Angélica, de 17 años, es una estudiante ejemplar y logró mantener la unidad de sus padres y sus cinco hermanos. Esta historia es muy interesante pues también brinda información detallada sobre la ley de Cancelación de Remoción. Explica los requisitos, limitaciones y beneficios en este tipo de procesos.
Como en este caso, presenciar el momento en que una persona obtiene su residencia, especialmente en una Corte de Inmigración, es una experiencia estremecedora. Al oír a un Juez decir que la aplicación “es aprobada” se recibe una dosis única de paz y optimismo. El deseo de brindar un abrazo solidario es incontrolable. La sonrisa del compareciente parece surgir desde lo más profundo del alma. El logro es embriagante y la tentación de compartir la noticia del triunfo es irresistible. Al inmigrante le cambia la vida. Y al abogado le motiva a seguir luchando. Y después de años de darle seguimiento a un caso, en un sistema con tantos obstáculos, la satisfacción que se siente hace que todo el esfuerzo valga la pena.
El DHS, encargado de iniciar procesos de deportación, es representado por abogados que se sientan al lado opuesto del inmigrante. Existen muchos factores que cambian la estrategia de cada proceso. Y solo un abogado con experiencia y actualizado en el área de inmigración tiene la capacidad de identificar las opciones de cada persona.
No todas las historias terminan con un final feliz. Miles de casos concluyen con una orden de deportación. Y aunque existen ciertos problemas que ni el mejor del los abogados pudiera resolver, sin importar el camino que se escoja, si la intención es obtener el mejor resultado posible, el inmigrante debe darle prioridad a su proceso, debe mantenerse informado y tener una buena relación son su representante.
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Trabajo con el afán de ayudarle, no sólo a la persona en procedimientos migratorios, sino también a su familia. Estos procesos no sólo afectan al inmigrante que lucha por permanecer en Estados Unidos, también afecta la vida de sus hijos, padres o esposos, que en muchas ocasiones son ciudadanos norteamericanos.
La noticia titulada “Su hija lo salva de la deportación”, publicada el 24 de Febrero por el periódico de HOY, expone un ejemplo muy conmovedor. El señor Armenta, uno de mis clientes, obtuvo su residencia gracias a los esfuerzos de su hija. Angélica, de 17 años, es una estudiante ejemplar y logró mantener la unidad de sus padres y sus cinco hermanos. Esta historia es muy interesante pues también brinda información detallada sobre la ley de Cancelación de Remoción. Explica los requisitos, limitaciones y beneficios en este tipo de procesos.
Como en este caso, presenciar el momento en que una persona obtiene su residencia, especialmente en una Corte de Inmigración, es una experiencia estremecedora. Al oír a un Juez decir que la aplicación “es aprobada” se recibe una dosis única de paz y optimismo. El deseo de brindar un abrazo solidario es incontrolable. La sonrisa del compareciente parece surgir desde lo más profundo del alma. El logro es embriagante y la tentación de compartir la noticia del triunfo es irresistible. Al inmigrante le cambia la vida. Y al abogado le motiva a seguir luchando. Y después de años de darle seguimiento a un caso, en un sistema con tantos obstáculos, la satisfacción que se siente hace que todo el esfuerzo valga la pena.
El DHS, encargado de iniciar procesos de deportación, es representado por abogados que se sientan al lado opuesto del inmigrante. Existen muchos factores que cambian la estrategia de cada proceso. Y solo un abogado con experiencia y actualizado en el área de inmigración tiene la capacidad de identificar las opciones de cada persona.
No todas las historias terminan con un final feliz. Miles de casos concluyen con una orden de deportación. Y aunque existen ciertos problemas que ni el mejor del los abogados pudiera resolver, sin importar el camino que se escoja, si la intención es obtener el mejor resultado posible, el inmigrante debe darle prioridad a su proceso, debe mantenerse informado y tener una buena relación son su representante.
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Día a día le ayudo a mis clientes a presentar aplicaciones para la Cancelación de Remoción, Asilo, o Ajuste de Estado por medio de una Petición Familiar o Laboral. Cuando es necesario, trato de ayudarle a residentes legales a presentar su pedido de perdón y demostrar su más genuino arrepentimiento por errores anteriores. También represento a víctimas de violencia en sus aplicaciones para una Visa U o por medio de la ley VAWA. Algunos centroamericanos tienen la opción de aplicar para su residencia por medio de la ley NACARA. Y el TPS existe para personas provenientes de países como El Salvador, Honduras, y Haití.
Trabajo con el afán de ayudarle, no sólo a la persona en procedimientos migratorios, sino también a su familia. Estos procesos no sólo afectan al inmigrante que lucha por permanecer en Estados Unidos, también afecta la vida de sus hijos, padres o esposos, que en muchas ocasiones son ciudadanos norteamericanos.
La noticia titulada “Su hija lo salva de la deportación”, publicada el 24 de Febrero por el periódico de HOY, expone un ejemplo muy conmovedor. El señor Armenta, uno de mis clientes, obtuvo su residencia gracias a los esfuerzos de su hija. Angélica, de 17 años, es una estudiante ejemplar y logró mantener la unidad de sus padres y sus cinco hermanos. Esta historia es muy interesante pues también brinda información detallada sobre la ley de Cancelación de Remoción. Explica los requisitos, limitaciones y beneficios en este tipo de procesos.
Como en este caso, presenciar el momento en que una persona obtiene su residencia, especialmente en una Corte de Inmigración, es una experiencia estremecedora. Al oír a un Juez decir que la aplicación “es aprobada” se recibe una dosis única de paz y optimismo. El deseo de brindar un abrazo solidario es incontrolable. La sonrisa del compareciente parece surgir desde lo más profundo del alma. El logro es embriagante y la tentación de compartir la noticia del triunfo es irresistible. Al inmigrante le cambia la vida. Y al abogado le motiva a seguir luchando. Y después de años de darle seguimiento a un caso, en un sistema con tantos obstáculos, la satisfacción que se siente hace que todo el esfuerzo valga la pena.
El DHS, encargado de iniciar procesos de deportación, es representado por abogados que se sientan al lado opuesto del inmigrante. Existen muchos factores que cambian la estrategia de cada proceso. Y solo un abogado con experiencia y actualizado en el área de inmigración tiene la capacidad de identificar las opciones de cada persona.
No todas las historias terminan con un final feliz. Miles de casos concluyen con una orden de deportación. Y aunque existen ciertos problemas que ni el mejor del los abogados pudiera resolver, sin importar el camino que se escoja, si la intención es obtener el mejor resultado posible, el inmigrante debe darle prioridad a su proceso, debe mantenerse informado y tener una buena relación son su representante.
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Navegando el Sistema Inmigratorio

Muchos de mis casos se encuentran frente a la Corte de Inmigración. Estos procedimientos son muy delicados. Mientras unas personas resultan con su residencia, otras resultan con una orden de deportación.

En el artículo “Se salvaron de la deportación”, publicado el 7 de Febrero del 2012, en el periódico de HOY, la reportera Selene Rivera captura la odisea que muchos inmigrantes viven antes de lograr el sueño de la residencia. La Señora Santoyo y el Señor Santellano lucharon por 10 años para lograr su objetivo.

En el día de nuestra última audiencia, el fiscal ofreció cerrar el caso administrativamente. En otras palabras, si tomábamos la oferta, la pareja no recibiría la residencia, pero al mismo tiempo no arriesgarían perder su caso y resultar con una orden de deportación. Esta es una opción que hace unos meses no hubiéramos tenido y en ciertos casos es recomendable.

Sin embargo, la madre de la Señora Santoyo se encontraba muy enferma y mi cliente tenía la necesidad de una respuesta definitiva. Finalmente decidimos seguir adelante con la aplicación. La fiscalía reconoció los aspectos serios del caso y no sometió una apelación en contra de la aprobación.

Esta historia expone amplia información sobre los procedimientos migratorios en la actualidad. En muchos casos, los inmigrantes se encuentran en una batalla legal agonizante. Sufren de un desgaste económico y emocional muy difícil de tolerar. Solo personas con gran fortaleza pueden sobrepasarlo.
Figurativamente hablando, cada aplicación migratoria tiene la posibilidad de escalar una estructura legal similar a la de una pirámide. Como abogada de inmigración, día a día explico la importancia de resolver los casos evitando elevaciones.


Primero se encuentra el Departamento de Seguridad Nacional, que por sus siglas en inglés también es conocido como DHS. El DHS está compuesto por entidades como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración, también conocidos respectivamente como ICE y USCIS. Dentro del USCIS se encuentra la Oficina de Apelaciones Administrativas, también conocida como AAO. Después de que el DHS y sus entidades internas niegan una petición inmigratoria, el caso es referido a la Corte de Inmigración.

Por ejemplo, generalmente cuando una aplicación para la residencia es negada por el USCIS, el caso es referido a la Corte de Inmigración. También, una persona que es detenida por oficiales del ICE, puede pedir que su caso sea adjudicado por un Juez de Inmigración. Los agentes involucrados se verían obligados a observar el pedido del inmigrante y a facilitar la presentación de una aplicación inmigratoria o el pedido de fianza frente a la Corte de Inmigración.

Aunque vivimos momentos politicos muy difíciles, aún así nos encontramos en un país en donde las leyes pueden ser invocadas. Pero es esencial entender nuestros derechos para así poderlos utilizar en nuestra defensa.  Los invito a leer la noticia mencionada, para que  por medio de ejemplos aprendan un poco más sobre las leyes actuales de Inmigración.

Autor: Abogada de inmigración Marta Victoria Canossa.  La bogada Marta Victoria Canossa ha completado cientos de casos frente la Corte y el Servicio de Inmigración de Estados Unidos.  Es parte de Ortega, Canossa y Asociados, PLC, una firma que ofrece asesoría legal inmigratoria en todo el país.  Para más información visite www.ocalegal.com, Facebook, LinkedIn o Twitter o envíele un mensaje a canossa@ocalegal.com.